Somos causa del cambio climático, no por encender la luz, ni por conducir un coche, sino por permitir que otros adopten por nosotros las decisiones sobre cómo ofrecer bienestar a la población. El causante del cambio climático no es cada uno de nosotros en cuanto consumidor, sino los productores de las cosas que necesitamos comprar para vivir y para satisfacer nuestras necesidades.
El cambio climático lo provocan, esencialmente, las compañías petroleras, la industria del automóvil y las empresas de producción eléctrica. Ellas son las que más se benefician con la destrucción del clima y las que más poder acumulan con la venta de sus productos. Y se han convertido en los principales causantes no porque consumamos lo que producen, sino porque la Administración pública de los países desarrollados las ha favorecido con sus decisiones coartando otras alternativas de desarrollo y de producción de bienestar, subvencionando sus actividades, permitiéndoles adoptar posiciones de dominio en los mercados, construyendo infraestructuras y tomando decisiones de ordenación del territorio y de fiscalidad que nos abocan inexorablemente a tener que consumir sus coches y su electricidad para poder vivir y cubrir nuestras necesidades, ya sea porque artificialmente las han convertido en las más baratas, o porque han acabado siendo las únicas existentes.
Nuestra lucha no consiste tanto en alterar nuestras pautas de consumo como en modificar nuestro comportamiento político y nuestra opinión sobre quiénes son los verdaderos responsables del cambio climático. Éste es el marco en el que se desenvuelve el conflicto en torno al cambio climático. Unas personas que dominan los mercados y la economía; unos consumidores y trabajadores con cada vez menos derechos y posibilidades de elección; y un estamento político que representa con más tesón a los causantes de la destrucción social y ambiental que a los ciudadanos que los votaron.
viernes, 18 de abril de 2008
Un tornado destroza el cámping de una playa de A Pobra y arranca los árboles
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actualidad,
tiempo
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1 comentario:
Opino que estamos vendidos.
Por cierto, el otro día en "la nave del misterio" comentaron algo de una teoría según la cual en una zona inaccesible de EEUU se trabajaba sobre una fuente energética infinita, y que mantenían oculta porque chocaría con los intereses derivados del petroleo.
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