40 tacos.

No me importa decirlo, he cumplido los 40. Para lo que otros puede ser una fecha fatídica, para mí una vez más, ha sido motivo de alegría. Lo he celebrado en compañía de mis seres más queridos, aunque no únicos. La víspera, como muchos sábados más me he acostado tarde, en calma, tranquilo, muy sereno a pesar de la masiva ingesta de Mencía, pero como ya he dicho, soy un respetuoso consumidor de vino. A la mañana siguiente, me he despertado sin prisas, sin resaca, sin depresión y parte de mi cuerpo desafiando a la gravedad, (esto lo entenderan los más capaces).

He hecho repaso de mi vida y reconozco que no siempre he estado acertado, me he equivocado muchas veces, he desconfiado cuando no debía y he olvidado alguna amistad que no quería.

Pero también, me he sacrificado por alguna amistad que no lo merecía, he intentado ser fiel a mis amigos y a pesar de todo, respetuoso con mis enemigos. He sido fiel a mi pareja, no la he engañado con falsas triquiñuelas ni mentiras, pues tengo por cierto que es mi mejor amiga, fiel, constante y buena gente.

He procurado no cizañar, ni envidiar, ni calumniar, ni insultar, aunque muchas veces lo han hecho conmigo, pero siguiendo los consejos del "pequeño saltamontes", me he ido apartando de todo aquel o aquello que no me agradaba, sin espectáculos, sin follones, sin fuegos de artificio, aunque mi carácter me haya puesto las cosas muy difíciles.

He procurado no ser un descerebrado, ni altanero, aunque el origen celta y la testosterona, alguna vez, haya sido mala compañera.

Siempre he escapado de los "grupitos", pues me ha gustado más ser una persona individualista, intimista y poco dada a las muchedumbres aunque me lo he pasado de miedo en las noches de mi vida.

Mis lágrimas han sido pocas, en este mundo tan dado a llorar con facilidad y por cosas que no tienen tanta importancia. La muerte de mi abuela, la pérdida de mi mejor amigo cuan era pequeño, (un pastor alemán), la ruptura con mi primer gran amor, el enganche de la cremallera del pantalón después de orinar, en fin cosas, que realmente causan dolor...:).

Mis risas han sido y son muchas, pues todavía viven mis padres, mi hermano, mi pastor alemán, mi mujer y su familia, Bush, Aznar, Guerra, Carrillo e incluso Fraga.

Por tanto, aunque los que me leen son pocos y breves, aunque dos veces buenos, os pido una cosa:


¡ Por favor, sed felices!